viernes, 12 de abril de 2013

El caos de la primera visita de los suegros en casa



         Creo que nunca había estado tan consciente de los distraída que soy  hasta que invité a mis suegros a conocer mi casa, sabía que no todo sería impecable desde el momento en que mi marido decidió que él cocinaría, pero no pensé que sería tan …. Tan… desorganizado todo, pensé que con tener la parte de la comida cubierta sería suficiente, el menú que mi marido había decidido sería, de entrada unos canapés de jamón serrano y salsa griega (que a mi marido le quedan deliciosos), después sopa de cebolla,  de plato fuerte  medallón de carne encima de cama de puré de papa con serpentina de camote, con días anteriores mi marido ya me había cocinado todo este menú y le había quedado delicioso así que sabía que en cuanto a la comida todo estaría correcto, con el postre decidimos aventurarnos y mi marido preparó una receta que encontró en internet de pay de zanahoria con crema de chocolate (craso error), lo bueno es que de respaldo para el postre mi marido también decidió hacer trufas de chocolate que ya las había hecho varias veces y siempre le quedan buenas (al principio un poco duras pero con la práctica les fue mejorando la consistencia). Con el menú planeado tal pareciera que lo único que había que verificar es que la casa estuviera limpia y ordenada (a excepción de la bodega claro está. Ese lugar es un hoyo negro), para que cuando mi suegra viera la casa no se asustara del chiquero en el que tengo a su hijito adorado. Ese sábado le pedimos a nuestro mozo que llegara temprano para que nos ayudara en poner en orden la casa mientras mi marido cocinaba, el problema principal de mi casa es que tengo dos preciosos perritos raza bulldog francés que siempre están dentro de la casa y dejan todo lleno de pelos, por lo que si un día la casa no se limpia da el aspecto de que nadie ha limpiado en años, pero a mi marido se le empezó a complicar la realización de tanto platillo y me empezó a pedir ayuda, me puso a pelar los camotes, calentar chocolate, picar el coco…que ni yo me di abasto y le pedimos ayuda a nuestro mozo para que nos apoyara en la cocina, el se puso a moler galletas, pelar papas etc. Mientras que la casa quedaba sin limpiarse y la cocina quedaba peor que si hubiera pasado un remolino, cuando nos dimos cuenta, yo estaba llena de harina toda desarreglada, la casa estaba todavía peor y la comida no estaba lista, pero había otro detalle… me olvidé por completo de la mesa, no había colocado los platos, las copas, los cubiertos finos, los manteles individuales, las servilletas de tela…¿¡servilletas de tela!?, ¡un momento!, ¡yo no tengo servilletas de tela!, ¿Cómo es que nunca había caído en ese detalle?, ni modo, con la pena tendrá que ser con servilletas de papel, me detuve de lo que estaba haciendo y como loca me pongo a buscar la vajilla buena y no la encuentro por ningún lado, preguntó y me informan que se guardó en la bodega (si, la que originalmente sería el cuarto de los bebés y acabó de bodega por el exceso de cosas inútiles acumuladas por mi marido), casi con miedo me adentro en esa oscura cueva, que no tiene luz porque las cajas tapan las ventanas, y en un mundo de torres de bolsas y cajas empolvadas llenas de cosas me pongo a buscar dónde rayos, pusieron la caja con la vajilla buena, después de un largo rato de buscar en esa bodega, que tengo la sospecha que fue la que inspiró a la escritora JK. Rowling para crear la “Sala de los menesteres” de la escuela hogwards, doy con la caja de platos y la sacó para inmediatamente volver a entrar para buscar los mantelitos individuales, que no aparecen por ningún lado, luego me pongo a buscar el baúl de los cubiertos de plata, cuando salgo con ellos empiezo a colocar en la mesa el sinfín de cubiertos que se requiere poner para una comida de varios tiempos, cuchara, cuchillo, cuchara para el postre, tenedor largo, tenedor chico, (todavía no estoy segura de saber para que se necesitan dos tamaños de tenedores, pero los pongo), luego voy para las copas, pero resulta que hay copas de agua, copas de vino tinto, copas para vino blanco y me doy cuenta de que realmente no tengo la menor idea de cuál es el protocolo a la hora de colocar las copas ¿se deben de colocar todos los tipos de copa? O ¿sólo un tipo de copa?, posiblemente si no hubiera sido tan renegada, lo hubiera aprendido de mi abuelita cuando ella quiso enseñarme, pero no lo quise aprender y ella se fue al cielo sin habérmelo explicado nunca,- ¡qué importa!- pienso y decido colocar un solo tipo de copa, cuando, según yo, termino con la mesa, veo que ya es casi la hora de que lleguen y tengo que arreglarme, porque estoy llena de polvo de la bodega y parezco una indigente, antes de subir a tomar un baño me fijo que hay una bolsa de lavandería en el sofá de la sala -¿me pueden explicar que hace la bolsa de ropa limpia en el sofá de la sala?- preguntó y la tomó y me la llevó de ahí, apenas entro al baño para darme una ducha, escucho que llegan mis suegros, mi cuñada y mi cuñado con su novia, yo estoy muy lejos de estar lista, me baño, me visto y me arreglo lo más rápido posible, pero aún así me toma tiempo y no pude recibir como se debe a la familia de mi marido, sin embargo ellos muy platicadores se sientan en el comedor a platicar alegremente mientras le “echan” un ojo a la casa, que por cierto no está muy limpia, ya que con las prisas el ayudante doméstico solo le dio una “pasadita”, seguro mi suegra lo notó, pero no dijo nada porque ella es muy agradable incapaz de incomodar a alguien conscientemente, cuando por fin bajo empieza la danza de la comida, mi suegra se medo infarta porque no hay servilletas de tela y muy linda se ofrece a hacerme unas,  los mismo con los mantelitos individuales que al final si aparecieron pero solo siete y yo necesitaba ocho, con mucha pena tuve que utilizar uno diferente al resto, pero claro que este hecho es muy vergonzoso, por cierto el resto de los mantelitos individuales aparecieron al día siguiente de la comida, cuando mi marido me pide ayuda para servir los platos, creo que mi suegra viendo lo desorganizada que soy y también por una necesidad intrínseca de ella de no soltar la batuta incluso cuando no es su casa, se levanta y se pone servir la comida y a dar órdenes al mozo como si ella fuera la anfitriona, este hecho no me agrada mucho, porque desorganizada o no esa es mi casa y no la de ella, pero también sé que ella no lo hace de mala persona o para molestarme simplemente lo hace para ayudar (aunque nunca le pedí ayuda) y porque está acostumbrada a hacerlo, tal vez su no la conociera me hubiera molestado que lo hiciera, pero como la conozco y de corazón sé que lo hace de buena, decido dejarlo pasar y permitirle que ella de las órdenes, evidentemente a la hora de servir el vino comenzó otro caos, porque las copas no eran las correctas y ella se la pasó cambiando las copas para todos los comensales dependiendo del vino que tomasen o si tomaban agua, hizo un gran lio de eso y yo me pregunto ¿Sería muy grave tomar vino blanco en copa de vino tinto? ¿No podía dejar pasarlo tan solo por una vez? , posiblemente no, y tendría razón, las cosas siempre se deben de hacer correctamente sino se terminan haciendo mal todo el tiempo, al final la comida pasó, hubo algunos desperfectos como que la serpentina de camote salió mal, y el pay de zanahoria quedó mal cocido, pero los canapés, la sopa, la carne, el puré y las trufas quedaron bien, aun con tantos contratiempos todos se fueron de ahí muy contentos, o cuando menos eso dijeron frente a nosotros, no sé que habrán comentado a nuestras espaldas, y yo me quedé con ciertos pendientes:

  1. Comprar servilletas de tela
  2. Comprar manteles individuales elegantes
  3. Averiguar la colocación de las copas en la mesa
  4. Poner los platos y cubiertos finos FUERA de la bodega o “Sala de menesteres” de mi casa.

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