martes, 16 de abril de 2013

No te cases con un hombre a menos que te sientas orgullosa de tener un hijo exactamente como él



        El otro día leí una frase que decía: "No te cases con un hombre a menos que te sientas orgullosa de tener un hijo exactamente como él." Y me puse a pensar ¡Madre santa! ¿yo querría tener un hijo exactamente igual a mi marido?- si no profundizas mucho igual y la respuesta “sí” viene sencilla, pero te pones a reflexionar respecto a todos sus defectos, los cuales como su esposa los sufres día a día y también como esposa, cuando discutes con tu marido respecto a cualquier cosa, te pones a quejar mentalmente contra tu suegra de ¡¿por qué?¡ ¿¡no lo educó de una mejor manera!?, ya sea en general o por alguna cuestión en particular, y empiezas a pensar:- ¡Si yo lo hubiera educado, le hubiera hecho ver que las cosas son de tal y tal manera….!- entonces me doy cuenta de que si por momentos pienso de ésta manera es muy probable que no querría tener un hijo exactamente como él, entonces reflexionando esto entré en pánico, pensando que tal vez mi decisión de casarme con él no fue la mejor decisión, y me empecé a cuestionar si todas las mujeres que leen esta frase entran en pánico como yo y me dije:- ¡esto no puede ser!, porque me casé muy feliz, muy enamorada y muy segura, a pesar de sus defectos que muchos bien conocía y ahora resulta ¿Qué no tomé la decisión correcta?- y ahí es cuando caigo en cuenta de que me enamoré de mi marido bastante consciente (aunque no del todo, porque muchas cosas se descubren ya que estas casada) de sus defectos y que si tiene defectos también tiene muchas cualidades que gozo día a día, y criar al hombre perfecto nadie lo logra, ni mi suegra lo logró, y tampoco lo voy a lograr yo cuando tenga a mi hijo; pero yo me enamoré de él, no por ser el hombre perfecto, sino por ser el hombre imperfectamente perfecto para mí y mis hijos de igual manera serán imperfectamente perfectos para la mujer indicada y voy a estar muy orgullosa de ellos incluso cuando sean la copia exacta de su padre.

lunes, 15 de abril de 2013

Aprendiendo a ser anfitriona



        Después del desastroso primer almuerzo de mis suegros en casa, a mi esposo se le ocurrió que sería buena idea celebrar el cumpleaños número 70 de mis suegros en casa, cuando me informó de sus deseos, al principio me di en la frente con la palma de la mano, pero después pensé que sería una buena oportunidad para dejar una mejor impresión en cuanto a mis habilidades como anfitriona, esta vez la mesa ya no sería un desastre, ni la casa, solamente la cocina, porque con eso de que mi marido nuevamente quería cocinar, era imposible que la cocina no fuera un caos. Entre el trabajo y la casa me puse a investigar cual es la correcta etiqueta para poner la mesa, digo ya tenía idea de algunas cosas como el orden de los cubiertos, pero como puse en una entrada anterior, no sabía cómo debían de colocarse las copas (dato que por cierto al final no me sirvió de nada), de igual modo la colocación de la servilleta de tela ¿Dónde va? ¿de qué manera? Y otros detallitos mas, al final ya tenía la información que necesitaba, aprendí a doblar servilletas de tela, que por cierto esta vez si tenía porque después de ese desastroso primer almuerzo mi suegra gentilmente me regalo un juego de 16 servilletas de tela color café chocolate, lo mismo hizo con 8 mantelitos individuales que hacían juego con las servilletas.
El día del cumpleaños de mi suegro llegó y mi marido y yo nos levantamos temprano, entre el trabajo y la familia, realmente no me dio tiempo para hacer inventario de las copas que teníamos, simplemente asumí que tendríamos suficientes dentro de ese hoyo negro al que llamamos “la bodega de la casa”, por lo que en días anteriores sólo me preocupé por comprar los anillos de las servilletas de tela que eran necesarios para el doblaje de presentación de las servilletas de tela, escogí presentarlas con un doblaje que representa un abanico de época , en dónde al final se coloca el anillo de las servilletas de tela para que no se deshaga el “arte” que se ha hecho con las servilletas, en el video lo ponían sobre una copa, pero decidí que sería mejor ponerlas sobre un anillo de servilleta encima de los platos: si a alguien le interesa chequen: http://www.protocolo.org/miscelaneo/doblar_servilletas/abanico_epoca_doblado_artistico_de_servilletas.html#bloqueTrailer
Como la vez pasada mi marido me solicitó que lo apoyara en la cocina, pero ésta vez no acepté ayudarlo, no por egoísta sino porque había comprendido que si él era el “chef” el debía encargarse de la cocina, pero yo era la ama de casa y la anfitriona por lo tanto, por lo que mi deber no era ayudar al chef sino encargarme de que la mesa y la casa estuvieran en orden, este aprendizaje me vino del chasco de la primera visita de mis suegros en la que en vez de revisar que mi casa estuviera correcta, me dediqué a apoyar a mi marido en la cocina y creo que ahí obtuve un maravilloso aprendizaje y es que una mujer o un hombre debe de apoyar a su pareja en sus deberes, ya sean en el hogar en el trabajo, pero no acosta de los deberes propios y si es un poco engañoso porque no se siente bien negarte a ayudar a tu pareja en algo, pero cada persona tiene un papel que desarrollar y si por ayudar a otros desarrolla mal su papel entonces la estructura de la relación se desmorona, uno debe de tener bien claro cuál es el papel que le toca desarrollar y mantenerse fiel a ello. Le di a entender bien claro a mi marido de que si bien lo que él estaba haciendo era muy importante, también lo era lo que yo tenía que hacer y era tener la casa en orden, vigilar que el baño de visitas tuviera lo necesario, poner la mesa correctamente, ver que la mesa este limpia, lustrar platería doblar las servilletas de tela etc.
Ya que me había tomado el trabajo de averiguar la colocación correcta de las copas, no me sirvió, según el protocolo para generalidades se colocan dos copas frente a los platos, primero la de agua y luego la de vino tinto, pero para particularidades en el que se van a tomar vinos de varios tipos se deben de colocar las cuatro copas, justo frente al plato, primero la de agua, luego la de vino tinto, luego la de vino blanco y luego la de champagne y con esta información ahí me ves a mí como loca buscando todos los tipos de copas que estuvieran en mi casa, las copas de agua aparecieron sin problemas al igual que las copas de vino blanco y las de champagne, pero las copas de vino tinto me dieron más lata porque no tenía suficientes copas de un solo modelo y no podía poner modelos diferentes, estuve buscando como loca mas copas del mismo modelo pero por mas que me adentré en la bodega no encontré, pero en el proceso ya había colocado los demás modelos de copas en la mesa y mi marido observando la mesa me dice:- ¿estás loca?, nuestra mesa de comedor es pequeña, con tanta copa en la mesa no podremos ni servirnos las tapas cómodamente, deja sólo un tipo de copa y ¡el protocolo al diablo!- cuando volteé a ver la mesa me di cuenta de que tenía razón, con mi mesa de comedor tan pequeña que contrabajo da para ocho personas, tanta copa dejaba todo muy abarrotado, me dispuse a retirar las copas y la locura de la búsqueda de copas de vino tinto terminó en ese momento, por lo que luego me puse a pulir la platería para asegurarme de que ésta estuviera reluciente, luego doblé bien mis servilletas y al final puedo decir que mi mesa quedó perfecta, pero tener la mesa y la casa en orden sólo es parte de ser anfitrión, también hay que arreglarse por lo que apenas pude subí a mi cuarto para arreglarme, cuando bajé ya lista, mi familia política hace rato que había llegado, que mal que no haya estado lista a tiempo pero no quise subirme hasta asegurarme que mi casa estuviera en perfectas condiciones para recibir gente, felicité a mi suegro cariñosamente saludé a los demás y me senté para comer las “tapas” que iban saliendo y observe que a mi cuñado se le estaba acabando su tarro de cerveza, ahí fue cuando comprendí otra falla que tuve la visita anterior de mis suegros y fue que me faltó ser más atenta, estoy tan acostumbrada a estar siempre en confianza con mis hermanos y mi familia en la que si necesitas algo cada quién se levanta a servirse, que se me olvidó que era mi  deber ver que los demás se sintieran cómodos, ese día aunque el almuerzo era en mi casa no me tocaría únicamente comer, sino ver que los demás comieran cómodamente, me levante de mi lugar y le serví mas cerveza a mi cuñado, luego fui sirviendo lo que los demás iban requiriendo, todo de manera solícita; la velada pasó muy rápido, todo fue muy agradable, mi suegra a la hora del postre no pudo evitar levantarse y darle órdenes al mozo de mi casa respecto a la manera de servir el postre, pero estoy segura de que lo hizo por ayudarme.
 
        Al final de la velada mi suegro me pidió que el próximo año lo que desea de regalo es un nieto, pero eso ya es tema de otra entrada en este blog.

         Y para concluir esta entrada de blog puedo decir que seguir las reglas de etiqueta son importantes, pero son perder de vista que estas se deben de adaptar a tus circunstancias y no debes de sentirte mal por ello,si no orgullosa de lo que tienes y de los haz logrado.