lunes, 22 de abril de 2013

La presión para los hijos.



           No sé cómo hay personas a las que se les da tan fácil y sencillo, se casan e inmediatamente empiezan a procrearse, como si se tratara de cocinar frijoles; mi abuela lo hizo de esa manera, mi madre lo hizo de la misma manera y mi hermana igual, realmente las admiro por eso, no por haber tenido hijos inmediatamente que se casaron, ya que eso cualquiera lo puede hacer, sino por haberlo hecho bien, incluso estando muy jóvenes. Desde que nos comprometimos, mi marido y yo, no pudimos evitar la insistente pregunta de nuestros padres, hermanos y demás conocidos y familiares cuestionándonos:- ¿y los niños para cuando?-  y tampoco pudimos evitar ver las caras de consternación de su parte como si nuestra respuesta estuviera cargada de blasfemias al decir:- Nos vamos a esperar dos o tres años- ¡Pero si tú ya no eres un jovencita y tu marido mucho menos!- contestaban muchos de ellos, para que nunca me olvide que, no importa como yo me sienta mental o espiritualmente, yo me casé a los treinta y para ellos eso fue demasiado tarde. Por momentos me siento en “el mundo del revés” en dónde todos están locos menos yo, primero porque para mí casarme a los treinta fue lo mejor que pude haber hecho y no es que así lo hubiera planeado, simplemente que hasta esa edad me llegó el momento correcto para contraer matrimonio y agradezco a haber vivido todo lo que viví antes de casarme y muchas de éstas experiencias no hubieran llegado si me hubiera casado más joven, pero muchas personas no lo ven de esta manera sino como algo negativo, de igual manera me siento en el mundo del revés cuando tantas personas a mi alrededor consideran que el matrimonio es únicamente un medio para tener hijos y no un fin en sí mismo como lo veo yo. Claro que tener hijos es importante, pero no es la única finalidad del matrimonio, si así fuera cuando tu hijos crecen y se van ¿ya no tienes absolutamente nada que hacer con tu marido?, ¿no importa la convivencia y el amor en pareja?, por otra parte la decisión de tener hijos es algo muy importante porque se trata de las vidas de otras personas las que estaría involucradas, no sólo de ti y de tu pareja, entonces, ¿no amerita tomarse un tiempo determinado para planearlo de la mejor manera?, insisto no se trata de cocinar frijoles y si estos se queman los tiras a la basura y vuelves a empezar de nuevo hasta que te salgan bien, se trata de la vida de otros seres humanos, ¿Por qué la gente lo toma tan a la ligera?, es verdad que hay gente que está preparada para esto desde el primer instante y que bueno por ellos, pero si yo no me siento preparada ¿Por qué la presión para tener hijos como si se tratara de una tarea de la escuela que tiene tiempo de entrega?, por otro lado si admito que tengo miedo y también comprendo que a veces las cosas no hay que pensarlas tanto sino hacerlas y ya que las haces te das cuenta de que no era tan difícil, pero si una persona te dice que no se siente lista para tener hijos, siendo ésta decisión tan importante y tan trascendental ¿Por qué tanta presión para tenerlos?. En parte lo que me paraliza es la duda de si podré ser buena madre o no, una vez pensando en esto una voz en mi interior me dijo que sólo el hecho de que realmente me preocupe ser buena madre significa que seré buena madre, realmente espero que así sea, yo pondré todo mi esfuerzo para que mis hijos crezcan con mucho amor y una excelente educación, cultivando sus cualidades y puliendo sus defectos y espero que mis defectos y debilidades no interfieran con la buena labor, lo cual es mi mayor temor, pero esto lo haré en el momento en el que yo sepa que estoy lista para hacerlo y no en el momentos que los demás me indiquen porque así es como todo mundo lo hace, puesto que yo soy yo y no todo el mundo.

martes, 16 de abril de 2013

No te cases con un hombre a menos que te sientas orgullosa de tener un hijo exactamente como él



        El otro día leí una frase que decía: "No te cases con un hombre a menos que te sientas orgullosa de tener un hijo exactamente como él." Y me puse a pensar ¡Madre santa! ¿yo querría tener un hijo exactamente igual a mi marido?- si no profundizas mucho igual y la respuesta “sí” viene sencilla, pero te pones a reflexionar respecto a todos sus defectos, los cuales como su esposa los sufres día a día y también como esposa, cuando discutes con tu marido respecto a cualquier cosa, te pones a quejar mentalmente contra tu suegra de ¡¿por qué?¡ ¿¡no lo educó de una mejor manera!?, ya sea en general o por alguna cuestión en particular, y empiezas a pensar:- ¡Si yo lo hubiera educado, le hubiera hecho ver que las cosas son de tal y tal manera….!- entonces me doy cuenta de que si por momentos pienso de ésta manera es muy probable que no querría tener un hijo exactamente como él, entonces reflexionando esto entré en pánico, pensando que tal vez mi decisión de casarme con él no fue la mejor decisión, y me empecé a cuestionar si todas las mujeres que leen esta frase entran en pánico como yo y me dije:- ¡esto no puede ser!, porque me casé muy feliz, muy enamorada y muy segura, a pesar de sus defectos que muchos bien conocía y ahora resulta ¿Qué no tomé la decisión correcta?- y ahí es cuando caigo en cuenta de que me enamoré de mi marido bastante consciente (aunque no del todo, porque muchas cosas se descubren ya que estas casada) de sus defectos y que si tiene defectos también tiene muchas cualidades que gozo día a día, y criar al hombre perfecto nadie lo logra, ni mi suegra lo logró, y tampoco lo voy a lograr yo cuando tenga a mi hijo; pero yo me enamoré de él, no por ser el hombre perfecto, sino por ser el hombre imperfectamente perfecto para mí y mis hijos de igual manera serán imperfectamente perfectos para la mujer indicada y voy a estar muy orgullosa de ellos incluso cuando sean la copia exacta de su padre.

lunes, 15 de abril de 2013

Aprendiendo a ser anfitriona



        Después del desastroso primer almuerzo de mis suegros en casa, a mi esposo se le ocurrió que sería buena idea celebrar el cumpleaños número 70 de mis suegros en casa, cuando me informó de sus deseos, al principio me di en la frente con la palma de la mano, pero después pensé que sería una buena oportunidad para dejar una mejor impresión en cuanto a mis habilidades como anfitriona, esta vez la mesa ya no sería un desastre, ni la casa, solamente la cocina, porque con eso de que mi marido nuevamente quería cocinar, era imposible que la cocina no fuera un caos. Entre el trabajo y la casa me puse a investigar cual es la correcta etiqueta para poner la mesa, digo ya tenía idea de algunas cosas como el orden de los cubiertos, pero como puse en una entrada anterior, no sabía cómo debían de colocarse las copas (dato que por cierto al final no me sirvió de nada), de igual modo la colocación de la servilleta de tela ¿Dónde va? ¿de qué manera? Y otros detallitos mas, al final ya tenía la información que necesitaba, aprendí a doblar servilletas de tela, que por cierto esta vez si tenía porque después de ese desastroso primer almuerzo mi suegra gentilmente me regalo un juego de 16 servilletas de tela color café chocolate, lo mismo hizo con 8 mantelitos individuales que hacían juego con las servilletas.
El día del cumpleaños de mi suegro llegó y mi marido y yo nos levantamos temprano, entre el trabajo y la familia, realmente no me dio tiempo para hacer inventario de las copas que teníamos, simplemente asumí que tendríamos suficientes dentro de ese hoyo negro al que llamamos “la bodega de la casa”, por lo que en días anteriores sólo me preocupé por comprar los anillos de las servilletas de tela que eran necesarios para el doblaje de presentación de las servilletas de tela, escogí presentarlas con un doblaje que representa un abanico de época , en dónde al final se coloca el anillo de las servilletas de tela para que no se deshaga el “arte” que se ha hecho con las servilletas, en el video lo ponían sobre una copa, pero decidí que sería mejor ponerlas sobre un anillo de servilleta encima de los platos: si a alguien le interesa chequen: http://www.protocolo.org/miscelaneo/doblar_servilletas/abanico_epoca_doblado_artistico_de_servilletas.html#bloqueTrailer
Como la vez pasada mi marido me solicitó que lo apoyara en la cocina, pero ésta vez no acepté ayudarlo, no por egoísta sino porque había comprendido que si él era el “chef” el debía encargarse de la cocina, pero yo era la ama de casa y la anfitriona por lo tanto, por lo que mi deber no era ayudar al chef sino encargarme de que la mesa y la casa estuvieran en orden, este aprendizaje me vino del chasco de la primera visita de mis suegros en la que en vez de revisar que mi casa estuviera correcta, me dediqué a apoyar a mi marido en la cocina y creo que ahí obtuve un maravilloso aprendizaje y es que una mujer o un hombre debe de apoyar a su pareja en sus deberes, ya sean en el hogar en el trabajo, pero no acosta de los deberes propios y si es un poco engañoso porque no se siente bien negarte a ayudar a tu pareja en algo, pero cada persona tiene un papel que desarrollar y si por ayudar a otros desarrolla mal su papel entonces la estructura de la relación se desmorona, uno debe de tener bien claro cuál es el papel que le toca desarrollar y mantenerse fiel a ello. Le di a entender bien claro a mi marido de que si bien lo que él estaba haciendo era muy importante, también lo era lo que yo tenía que hacer y era tener la casa en orden, vigilar que el baño de visitas tuviera lo necesario, poner la mesa correctamente, ver que la mesa este limpia, lustrar platería doblar las servilletas de tela etc.
Ya que me había tomado el trabajo de averiguar la colocación correcta de las copas, no me sirvió, según el protocolo para generalidades se colocan dos copas frente a los platos, primero la de agua y luego la de vino tinto, pero para particularidades en el que se van a tomar vinos de varios tipos se deben de colocar las cuatro copas, justo frente al plato, primero la de agua, luego la de vino tinto, luego la de vino blanco y luego la de champagne y con esta información ahí me ves a mí como loca buscando todos los tipos de copas que estuvieran en mi casa, las copas de agua aparecieron sin problemas al igual que las copas de vino blanco y las de champagne, pero las copas de vino tinto me dieron más lata porque no tenía suficientes copas de un solo modelo y no podía poner modelos diferentes, estuve buscando como loca mas copas del mismo modelo pero por mas que me adentré en la bodega no encontré, pero en el proceso ya había colocado los demás modelos de copas en la mesa y mi marido observando la mesa me dice:- ¿estás loca?, nuestra mesa de comedor es pequeña, con tanta copa en la mesa no podremos ni servirnos las tapas cómodamente, deja sólo un tipo de copa y ¡el protocolo al diablo!- cuando volteé a ver la mesa me di cuenta de que tenía razón, con mi mesa de comedor tan pequeña que contrabajo da para ocho personas, tanta copa dejaba todo muy abarrotado, me dispuse a retirar las copas y la locura de la búsqueda de copas de vino tinto terminó en ese momento, por lo que luego me puse a pulir la platería para asegurarme de que ésta estuviera reluciente, luego doblé bien mis servilletas y al final puedo decir que mi mesa quedó perfecta, pero tener la mesa y la casa en orden sólo es parte de ser anfitrión, también hay que arreglarse por lo que apenas pude subí a mi cuarto para arreglarme, cuando bajé ya lista, mi familia política hace rato que había llegado, que mal que no haya estado lista a tiempo pero no quise subirme hasta asegurarme que mi casa estuviera en perfectas condiciones para recibir gente, felicité a mi suegro cariñosamente saludé a los demás y me senté para comer las “tapas” que iban saliendo y observe que a mi cuñado se le estaba acabando su tarro de cerveza, ahí fue cuando comprendí otra falla que tuve la visita anterior de mis suegros y fue que me faltó ser más atenta, estoy tan acostumbrada a estar siempre en confianza con mis hermanos y mi familia en la que si necesitas algo cada quién se levanta a servirse, que se me olvidó que era mi  deber ver que los demás se sintieran cómodos, ese día aunque el almuerzo era en mi casa no me tocaría únicamente comer, sino ver que los demás comieran cómodamente, me levante de mi lugar y le serví mas cerveza a mi cuñado, luego fui sirviendo lo que los demás iban requiriendo, todo de manera solícita; la velada pasó muy rápido, todo fue muy agradable, mi suegra a la hora del postre no pudo evitar levantarse y darle órdenes al mozo de mi casa respecto a la manera de servir el postre, pero estoy segura de que lo hizo por ayudarme.
 
        Al final de la velada mi suegro me pidió que el próximo año lo que desea de regalo es un nieto, pero eso ya es tema de otra entrada en este blog.

         Y para concluir esta entrada de blog puedo decir que seguir las reglas de etiqueta son importantes, pero son perder de vista que estas se deben de adaptar a tus circunstancias y no debes de sentirte mal por ello,si no orgullosa de lo que tienes y de los haz logrado.

viernes, 12 de abril de 2013

El caos de la primera visita de los suegros en casa



         Creo que nunca había estado tan consciente de los distraída que soy  hasta que invité a mis suegros a conocer mi casa, sabía que no todo sería impecable desde el momento en que mi marido decidió que él cocinaría, pero no pensé que sería tan …. Tan… desorganizado todo, pensé que con tener la parte de la comida cubierta sería suficiente, el menú que mi marido había decidido sería, de entrada unos canapés de jamón serrano y salsa griega (que a mi marido le quedan deliciosos), después sopa de cebolla,  de plato fuerte  medallón de carne encima de cama de puré de papa con serpentina de camote, con días anteriores mi marido ya me había cocinado todo este menú y le había quedado delicioso así que sabía que en cuanto a la comida todo estaría correcto, con el postre decidimos aventurarnos y mi marido preparó una receta que encontró en internet de pay de zanahoria con crema de chocolate (craso error), lo bueno es que de respaldo para el postre mi marido también decidió hacer trufas de chocolate que ya las había hecho varias veces y siempre le quedan buenas (al principio un poco duras pero con la práctica les fue mejorando la consistencia). Con el menú planeado tal pareciera que lo único que había que verificar es que la casa estuviera limpia y ordenada (a excepción de la bodega claro está. Ese lugar es un hoyo negro), para que cuando mi suegra viera la casa no se asustara del chiquero en el que tengo a su hijito adorado. Ese sábado le pedimos a nuestro mozo que llegara temprano para que nos ayudara en poner en orden la casa mientras mi marido cocinaba, el problema principal de mi casa es que tengo dos preciosos perritos raza bulldog francés que siempre están dentro de la casa y dejan todo lleno de pelos, por lo que si un día la casa no se limpia da el aspecto de que nadie ha limpiado en años, pero a mi marido se le empezó a complicar la realización de tanto platillo y me empezó a pedir ayuda, me puso a pelar los camotes, calentar chocolate, picar el coco…que ni yo me di abasto y le pedimos ayuda a nuestro mozo para que nos apoyara en la cocina, el se puso a moler galletas, pelar papas etc. Mientras que la casa quedaba sin limpiarse y la cocina quedaba peor que si hubiera pasado un remolino, cuando nos dimos cuenta, yo estaba llena de harina toda desarreglada, la casa estaba todavía peor y la comida no estaba lista, pero había otro detalle… me olvidé por completo de la mesa, no había colocado los platos, las copas, los cubiertos finos, los manteles individuales, las servilletas de tela…¿¡servilletas de tela!?, ¡un momento!, ¡yo no tengo servilletas de tela!, ¿Cómo es que nunca había caído en ese detalle?, ni modo, con la pena tendrá que ser con servilletas de papel, me detuve de lo que estaba haciendo y como loca me pongo a buscar la vajilla buena y no la encuentro por ningún lado, preguntó y me informan que se guardó en la bodega (si, la que originalmente sería el cuarto de los bebés y acabó de bodega por el exceso de cosas inútiles acumuladas por mi marido), casi con miedo me adentro en esa oscura cueva, que no tiene luz porque las cajas tapan las ventanas, y en un mundo de torres de bolsas y cajas empolvadas llenas de cosas me pongo a buscar dónde rayos, pusieron la caja con la vajilla buena, después de un largo rato de buscar en esa bodega, que tengo la sospecha que fue la que inspiró a la escritora JK. Rowling para crear la “Sala de los menesteres” de la escuela hogwards, doy con la caja de platos y la sacó para inmediatamente volver a entrar para buscar los mantelitos individuales, que no aparecen por ningún lado, luego me pongo a buscar el baúl de los cubiertos de plata, cuando salgo con ellos empiezo a colocar en la mesa el sinfín de cubiertos que se requiere poner para una comida de varios tiempos, cuchara, cuchillo, cuchara para el postre, tenedor largo, tenedor chico, (todavía no estoy segura de saber para que se necesitan dos tamaños de tenedores, pero los pongo), luego voy para las copas, pero resulta que hay copas de agua, copas de vino tinto, copas para vino blanco y me doy cuenta de que realmente no tengo la menor idea de cuál es el protocolo a la hora de colocar las copas ¿se deben de colocar todos los tipos de copa? O ¿sólo un tipo de copa?, posiblemente si no hubiera sido tan renegada, lo hubiera aprendido de mi abuelita cuando ella quiso enseñarme, pero no lo quise aprender y ella se fue al cielo sin habérmelo explicado nunca,- ¡qué importa!- pienso y decido colocar un solo tipo de copa, cuando, según yo, termino con la mesa, veo que ya es casi la hora de que lleguen y tengo que arreglarme, porque estoy llena de polvo de la bodega y parezco una indigente, antes de subir a tomar un baño me fijo que hay una bolsa de lavandería en el sofá de la sala -¿me pueden explicar que hace la bolsa de ropa limpia en el sofá de la sala?- preguntó y la tomó y me la llevó de ahí, apenas entro al baño para darme una ducha, escucho que llegan mis suegros, mi cuñada y mi cuñado con su novia, yo estoy muy lejos de estar lista, me baño, me visto y me arreglo lo más rápido posible, pero aún así me toma tiempo y no pude recibir como se debe a la familia de mi marido, sin embargo ellos muy platicadores se sientan en el comedor a platicar alegremente mientras le “echan” un ojo a la casa, que por cierto no está muy limpia, ya que con las prisas el ayudante doméstico solo le dio una “pasadita”, seguro mi suegra lo notó, pero no dijo nada porque ella es muy agradable incapaz de incomodar a alguien conscientemente, cuando por fin bajo empieza la danza de la comida, mi suegra se medo infarta porque no hay servilletas de tela y muy linda se ofrece a hacerme unas,  los mismo con los mantelitos individuales que al final si aparecieron pero solo siete y yo necesitaba ocho, con mucha pena tuve que utilizar uno diferente al resto, pero claro que este hecho es muy vergonzoso, por cierto el resto de los mantelitos individuales aparecieron al día siguiente de la comida, cuando mi marido me pide ayuda para servir los platos, creo que mi suegra viendo lo desorganizada que soy y también por una necesidad intrínseca de ella de no soltar la batuta incluso cuando no es su casa, se levanta y se pone servir la comida y a dar órdenes al mozo como si ella fuera la anfitriona, este hecho no me agrada mucho, porque desorganizada o no esa es mi casa y no la de ella, pero también sé que ella no lo hace de mala persona o para molestarme simplemente lo hace para ayudar (aunque nunca le pedí ayuda) y porque está acostumbrada a hacerlo, tal vez su no la conociera me hubiera molestado que lo hiciera, pero como la conozco y de corazón sé que lo hace de buena, decido dejarlo pasar y permitirle que ella de las órdenes, evidentemente a la hora de servir el vino comenzó otro caos, porque las copas no eran las correctas y ella se la pasó cambiando las copas para todos los comensales dependiendo del vino que tomasen o si tomaban agua, hizo un gran lio de eso y yo me pregunto ¿Sería muy grave tomar vino blanco en copa de vino tinto? ¿No podía dejar pasarlo tan solo por una vez? , posiblemente no, y tendría razón, las cosas siempre se deben de hacer correctamente sino se terminan haciendo mal todo el tiempo, al final la comida pasó, hubo algunos desperfectos como que la serpentina de camote salió mal, y el pay de zanahoria quedó mal cocido, pero los canapés, la sopa, la carne, el puré y las trufas quedaron bien, aun con tantos contratiempos todos se fueron de ahí muy contentos, o cuando menos eso dijeron frente a nosotros, no sé que habrán comentado a nuestras espaldas, y yo me quedé con ciertos pendientes:

  1. Comprar servilletas de tela
  2. Comprar manteles individuales elegantes
  3. Averiguar la colocación de las copas en la mesa
  4. Poner los platos y cubiertos finos FUERA de la bodega o “Sala de menesteres” de mi casa.

miércoles, 10 de abril de 2013

Los secretos para el buen matrimonio.



      Si alguien le dio click a esta entrada de blog creyendo que obtendrían las respuesta respecto a cómo llevar un mejor matrimonio, se van a desilusionar mucho cuando les diga que no tengo la menor idea al respecto, (recuerden que no llego ni a un año de casada) no voy a engañar a nadie ni tampoco voy a fingir ser experta en algo en lo que realmente no tengo la menor idea y creo que son pocos, si no es que nadie, los que pueden afirma algo así, ni siquiera muchas de nuestras abuelitas que duraron casadas hasta que enviudaron podrían afirmar algo así, porque como dice el título de esta entrada estamos hablando de los secretos para un buen matrimonio y no de los secretos para una matrimonio largo. Actualmente se puede escuchar a tanta gente mayor quejarse del número de divorcios que hay actualmente y que antes eso NO existía, pero esto se da, no porque en el pasado los matrimonios fueran mejores que los actuales sino porque ahora la gente es más honesta consigo misma y no se obliga a estar dentro de una unión aunque sean infelices como era antes. En mi opinión y aclaro que se trata de mi humilde opinión, pero no soy psicóloga ni experta en el tema, tener un buen matrimonio no basta con NO divorciarse y vivir una vida insoportable junto a una persona sino de todo lo contrario, de ser felices junto a una persona y por tal razón mantenerte a  lado de esta persona que es tu complemento, una felicidad derivada, del amor, el equilibrio y el respeto mutuo, ¿pero cómo se consigue esto?, la respuesta obvia sería, esforzándose para hacer feliz a tu pareja, respetándola y amándola mucho, pero si esto se diera tan sencillo entonces ¿Por qué hay tanto divorcio?, la realidad es que vas a la escuela, luego a la universidad y luego si deseas a una maestría, pero en tu educación básica nadie te da clases de matrimonio, si hay personas que van a círculos de novios pero son minoría, entonces la mayoría se casa sin tener idea de lo que es llevar un matrimonio y ahí es cuando surgen muchas sorpresas.  Antes de casarte muchas personas se te acercan a decirte que el matrimonio es difícil pero nunca te aclaran difícil en qué sentido o las razones por las cuales es difícil, eso es algo que yo no comprendí del todo hasta que me casé, si cuando empecé a vivir en matrimonio empecé a comprender exactamente a que se referían y realmente mi noviazgo con mi actual marido fue tan bueno que nunca pude visualizar exactamente como puede ser difícil, pero ya que te casas entiendes que sí, efectivamente lo es, y no vayan a creer que llevo un mal matrimonio porque a mis once meses de casada me siento felizmente casada, pero eso no implica que sea fácil, simplemente porque no importa cuánto convivas con tu novio hasta que no vives por un largo período de tiempo con él, no lo terminas de conocer, y en México la tradición es diferente a la europea dónde los novios se van a vivir juntos varios años antes de casarse, no, las mexicanas somos en su mayoría mas tradicionales y nos quedamos en la casa paterna hasta que literalmente nuestros padres o tutores nos entregan a nuestros maridos el día de nuestra boda y a partir de ahí nos vamos a vivir con nuestros maridos, así fue como mi abuela lo hizo, así fue como mi mamá lo hizo y así fue como yo lo hice, claro actualmente las tradiciones han ido cambiando y se están haciendo más liberales como en Europa, pero todavía ésta tradición es vigente, ¿Cuál es mejor? ¿La europea o la mexicana?, realmente no lo sé y tampoco creo que haya una respuesta absoluta para esto, creo que es algo que depende de cada quién, pero siguiendo la tradición mexicana no llegas a conocer a tu marido al 100% hasta que ya estas casada y vives con él y en ese proceso te llevas varias sorpresas como seguramente él se las debe de llevar contigo, porque un matrimonio es la convivencia diaria e intensiva de DOS personas, provenientes de DOS familias diferentes con DOS maneras de educación diferente y con DOS tendencias genéticas diferentes, lo que quiero decir es que posiblemente puedas convivir perfectamente con tus hermanos, pero ellos son el resultado de una genética similar a la tuya con una manera de educación similar a la tuya y aunque no te des cuenta tu manera de entender el mundo es a través de los ojos de tus padres porque ellos te lo enseñaron y por lo mismo igual tu manera de enfrentarlo será similar a la de tus padres y a la de tus hermanos que aprendieron de ellos, pero cuando te unes a otra persona y vives con ella, esta persona tendrá las maneras de sus respectivos padres que son muy diferentes a la de los tuyos y por lo tanto habrá choques a la hora de enfrentar o resolver problemas o simplemente enfrentar la vida diaria y esos choques se van a ir dando incluso en las cosas más insignificantes desde lo que tardas tomándote un baño, hasta el tipo de programas que ves en la tele o el régimen alimenticio al que estés acostumbrado, hay hombres que exigen comida casi gourmet todos los días a la hora del almuerzo (porque eso era lo que su mamá le cocinaba diariamente) y hay otros que con comer el mismo sándwich todos los días son felices, en mi caso tuve suerte porque él es quién cocina, pero si en las cosas pequeñas hay fricciones muchas más en las cosas grandes como la manera de llevar el presupuesto de la casa, los gastos, como cuando y cuántos hijos etc. Y aunque este tipo de cosas si las hables durante el noviazgo por alguna razón las cosas cambian ya que estas casado posiblemente porque no importa cuan largo haya sido nuestro noviazgo siempre intentamos mostrar nuestra mejor cara y ya que estamos casados no hay manera de esconder quienes realmente somos y no únicamente nuestra mejor cara y es así como salen todos los defectos, en mi caso puedo decir que le parecieron defectos que no le conocía y muchos defectos que ya le conocía se hicieron más marcados, seguramente lo mismo le  habrá sucedido a él conmigo, digo nada realmente grave, pero si no fue grave es porque puedo decir que mi noviazgo con él fue bastante sincero, bueno y muy feliz , porque desde que empezamos lo miraba como mi futuro marido y no sólo como mi novio, porque nunca me segué con sus defectos y siempre la relación fue equilibrada y respetuosa porque compartimos los mismos objetivos, pero sobre todo porque había AMOR y la razón para casarme con él, fue resultado de ese amor respetuoso y equilibrado; muchas mujeres se casan porque están pensando más en la celebración del día de la boda que en la vida matrimonial que será EL RESTO DE SUS DIAS( mientras que la fiesta sólo dura uno), o por la ilusión de tener una casa propia (sin entender que en esa casa estará viviendo también ese hombre con el que se están casando sin sentir un genuino amor) o porque sienten que están quedándose atrás (más vale sola que mal acompañada), otras obviamente por dinero (y si el dinero se va, se va la felicidad), otras porque llevan muchos años con el mismo novio y sienten que están obligadas a dar el próximo paso con ese novio pero no están enamoradas (el matrimonio no es apostolado o servicio social, no se casen solo por no querer lastimar a alguien).
Por toda la perorata que ya he escrito anteriormente considero que el PRIMER secreto para el matrimonio no está en el matrimonio mismo sino que está en el NOVIAZGO y en las razones que están detrás de la tan importante decisión, los demás realmente todavía no los sé, pero confío en que los vaya descubriendo mientras recorro este camino llamado matrimonio.
Prometo irlo compartiendo conforme los vaya descubriendo.